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miércoles, 17 de septiembre de 2008

Fantasmas del pasado que se rehúsan a partir en la arquitectura

Tercera parte de doce.
Presentado originalmente como Trabajo de Ingreso
a la Maestría en Arquitectura Tecnología,
aprobado y publicado por la

División de Estudios de Posgrado e Investigación,
Edificio de la Unidad de Posgrado,
Facultad de Arquitectura de la UNAM, México.
Mayo - Julio de 1996.
Fantasmas del pasado que se rehúsan a partir en la arquitectura

Al analizar todo lo anterior, se imponen varios cuestionamientos fundamentales: ¿Por qué seguimos construyendo con los materiales que usaron los egipcios, griegos y romanos? ¿Cuál es la razón por la que en casi dos mil años se mantuvieron vigentes dichos materiales y procedimientos? ¿Por qué algunos de los materiales usados actualmente hicieron su aparición solamente hace poco más de un siglo?

Las respuestas a estas preguntas, las podemos encontrar en la revolución industrial, que fue el conjunto de transformaciones políticas, económicas, ideológicas, científicas y sociales que se produjeron en diversos países, gracias al desarrollo de la industria moderna a partir del Siglo XVIII.

La revolución industrial surgió en Inglaterra (circa 1760 d.c.) como resultado de una serie de acontecimientos paralelos: la necesidad de Gran Bretaña de estimular el comercio dentro y fuera de su imperio, junto con la reciente aparición de nuevas ideologías políticas y económicas, movieron a los industriales británicos a inventar nuevas técnicas que permitieron, rápidamente, aumentar su capacidad de producción y competir contra los productos artesanales tradicionales de su tiempo. Estas técnicas se basaron en una serie de conocimientos científicos y tecnológicos aislados, disponibles desde Siglo XV. El resultado fue la invención de la máquina de vapor y la máquina de hilar. Posteriormente surgió el ferrocarril, el cual dio origen a una transformación total de las comunicaciones terrestres, y requirió un desarrollo en los métodos de obtención de materiales tales como el hierro, el acero y el carbón. La revolución industrial se extendió en todas las ramas de la producción, a todos los países, y originó profundas transformaciones en la economía y la sociedad. Todo tipo de máquinas hicieron su aparición, que con el descubrimiento y aplicación de la electricidad, evolucionaron a mayor velocidad.

Durante dos mil años, la humanidad construyó con los materiales que el planeta naturalmente proporcionaba, y sólo se dedicó a diseñar formas, estructuras y espacios dentro de las posibilidades y limitaciones que éstos plantearon. A partir de la revolución industrial, aparecieron métodos para crear nuevos materiales, que a su vez permitieron nuevas perspectivas en la estructuración y la distribución espacial.

Hoy, como entonces, somos protagonistas de una nueva revolución vertiginosa de alcance mundial. Nuestra generación es testigo de una nueva transformación en la industria, las comunicaciones, la tecnología y la ciencia. La revolución tecnológica e informática nos permite, actualmente, pensar en caminos insospechados en la creación de nuevos materiales aplicables a cualquier actividad. Pero, ¿Cuáles de todos estos nuevos materiales tiene un futuro en la arquitectura? ¿Cuáles de ellos plantearán un nuevo reto a la imaginación y preparación de los arquitectos? ¿Cuántos requerirán nuevos tipos de estructuras, instalaciones y espacios?









D.R. © Ernesto Ocampo Ruiz, DEPI, Facultad de Arquitectura de la UNAM, México, 1996.

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