a la Maestría en Arquitectura Tecnología,
aprobado y publicado por la
División de Estudios de Posgrado e Investigación,
Edificio de la Unidad de Posgrado,
Facultad de Arquitectura de la UNAM, México.
Mayo - Julio de 1996.
Hay dos aspectos fundamentales que determinan la forma y función el espacio arquitectónico: Su fin causal y las herramientas de la composición espacio edificatoria.
Las necesidades espaciales del hombre se han modificado drásticamente en este siglo, como consecuencia de las tendencias económicas y sociales producidas por el desarrollo de tecnologías de comunicación masiva. La televisión, el radio, la aviación, los satélites y la computación han contribuido a un cambio en la vida terrestre. A principio del Siglo XX, las viviendas requerían espacios unifuncionales para ser útiles. Existían residencias con espacios tales como alcobas, recámaras, estancias, comedores, ante comedores, salones de juegos, salones de baile, bibliotecas, recibidores, vestidores, cocinas, alacenas, cuartos para la servidumbre y caballerizas. Cada uno de los espacios mencionados consistió en muchos metros cuadrados y cúbicos. Una casa así, sería incosteable actualmente, además de inútil. La tendencia actual marca la necesidad de espacios multifuncionales en cada edificio. Espacios que sean útiles en un sinnúmero de actividades humanas. Hoy en día, un espacio unifuncional es es un formalismo anacrónico, pertenece a otra época. Los edificios actuales se construyen para diferentes destinos, tan distintos como lo son los fines utilitarios de los edificios del Imperio Romano para nosotros.
Las nuevas herramientas del diseño y desarrollo del proyecto marcan una diferencia trascendental comparados con los procesos usados por nuestros maestros hace poco más de una década. La computación ha cambiado la forma en la que el arquitecto proyecta los espacios y controla la construcción de edificios. La tinta y el papel fueron sustituidos por el microprocesador. El cambio implica un incremento en la eficiencia, calidad y velocidad de cualquier profesionista en respuesta a las necesidades de su cliente. El dibujo asistido por computadora, ayudado por la realidad virtual, permiten evaluar las características de un espacio meses antes de la colocación de la primera piedra. Dentro de una graficación tridimensional, el usuario puede percibir formas, colores, texturas y sombras, a través de una animación controlada por el arquitecto sobre el monitor. El salto ha sido enorme, si lo comparamos con la incipiente composición bidimensional que los estudiantes de arquitectura efectuaban sobre el papel hace diez años. Sólo el dominio perfecto de la geometría descriptiva y una clara visión mental tridimensional, permitían un buen diseño, una buena composición. Ahora, cualquier opción considerada puede ser apreciada, sin mucho esfuerzo, en cualquier computadora.
En el futuro, la tecnología permitirá la utilización de simuladores tridimensionales (35). debe para que el usuario camine fácilmente dentro del proyecto a construir. Como quien va a un viaje, el usuario podrá sentir y gozar su espacio, y emitir los puntos de vista necesarios al arquitecto para su evaluación. El futuro de la forma y función de arquitectura es apasionante, pero tanto hoy como entonces, dependerá siempre del buen criterio y la creatividad del diseñador.
Conclusión
La época actual determina un parteaguas en la historia del arquitectura. Nunca como ahora, el arquitecto tiene que evaluar las condiciones que el futuro le plantea. Revisando a conciencia los materiales, las estructuras, las instalaciones y los espacios por venir, es justo señalar que la formación actual del arquitecto carece de los conocimientos matemáticos, físicos, biológicos, químicos, genéticos, electrónicos, informáticos y filosóficos necesarios para protagonizar el cambio. La arquitectura se está rezagando diariamente en comparación a otras artes y ciencias. Debemos acabar con ideologías y elitismos, con costumbres y atavismos. Es nuestra obligación acabar con los fantasmas de antepasados que se niegan a abandonarnos. Es necesario preparanos. Es indispensable actualizarnos.
¿Quiénes construirán las ciudades del futuro? ¿Quiénes desarrollarán los espacios habitables en el fondo del mar, en la órbita terrestre, en la superficie lunar o en los desiertos marcianos? ¿Los arquitectos cederemos a los técnicos e ingenieros nuestro deber con el espacio arquitectónico? ¿Seremos capaces de traicionarnos a nosotros mismos?
Cuando la humanidad está a pocos siglos de habitar otros mundos en el sistema solar, los arquitectos debemos razonar si deseamos tomar parte, o perdernos, como tantos oficios antiguos, en el olvido de la historia. El futuro de la arquitectura nos espera.
Ilustración 8. Las ciudades futuro, según el arquitecto Paolo Soleri. Nótese un esquema ubicado a la izquierda que representa el Empire State Building, permitiendo la apreciación real de la escala de estas superestructuras. En los años setentas se consideró a Soleri fuera de toda realidad, puesto que la construcción de estos edificios ocasionaría un hundimiento del subsuelo, difícilmente controlable, causado por el peso tremendo de la construcción. Pero si los materiales fueran cinco veces más ligeros y resistentes, es muy probable que su idea, al fin y al cabo, no sea tan descabellada. La gran pregunta será ¿seremos los arquitectos los que las construyan?
CITAS
LECTURAS RECOMENDADAS
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